Un periodista chino es condenado a ocho años más de prisión tras su excarcelación

EFE

Un periodista chino que cumplió una condena de casi cuatro años tras denunciar casos de corrupción y expropiaciones fue sentenciado el día de su excarcelación a otros ocho años de cárcel, a pesar de que no cometió ningún delito durante su encierro, han informado sus abogados.

Las autoridades chinas decidieron condenar al periodista Qi Chonghuai, de 46 años, a una nueva pena de “chantaje y apropiarse de beneficios de publicidad” el día de su liberación, el pasado 25 de junio, ha señalado el abogado de derechos humanos Liu Xiaoyuan.

“En la primera sentencia lo condenaron por aceptar el dinero que le dieron gobiernos y empresas para que no publicara noticias contra ellos, algo bastante normal en China. Otros periodistas estaban en la misma situación, pero no fueron sentenciados por lo que el tribunal denominó ‘chantaje”, ha asegurado Liu.

En su primera condena, en 2008, la acusación de “aprovecharse de los beneficios de la publicidad del diario” no pesó, por lo que esta segunda sentencia contradice la ley china, ya que el fiscal, al no haber condenado a Qi por esos cargos, pierde el poder para inculparlo por segunda vez por esta acusación.

El tribunal que condenó a Qi está en la localidad china de Tengzhou, provincia oriental de Shandong, y todavía no se ha pronunciado sobre la apelación y la declaración de inocencia del periodista.

En los últimos meses otros disidentes chinos sufrieron restricciones al finalizar condenas o periodos de detención, como el activista Hu Jia, excarcelado el pasado 26 de junio, aunque se encuentra retenido en su domicilio y no puede hablar con la prensa, sin pesar sobre él una nueva acusación.

El artista y disidente Ai Weiwei, liberado el 22 de junio tras 81 días detenido sin cargos, está en la misma situación de “libertad bajo fianza a la espera de juicio”, aunque ningún tribunal o fiscal ha presentado una acusación contra él por el supuesto delito de evasión de impuestos por el que está siendo investigado.

La nueva sentencia de Qi, que denunció entre 2003 y 2006 casos de corrupción, desempleo, violaciones del derecho laboral y demoliciones para diarios como el ‘China Work Safety News’ o ‘Legal Morning Post’ ha desencadenado una tragedia familiar, ya que su esposa, Jiao Xia, intentó suicidarse al conocer la noticia.

“Pensé que nunca volvería a ver a mi marido otra vez, y me sentía frustrada y resentida. Sólo quería demostrar su inocencia con mi muerte”, ha señalado Jiao al diario ‘South China Morning Post’.

Jiao intentó saltar desde el edificio gubernamental en el que trabajan los funcionarios que según familiares y abogados están detrás de las dos condenas contra Jiao, pero no la dejaron acceder a las dependencias e intentó ahogarse en un río, donde fue salvada por un vigilante.

El matrimonio tiene dos hijos.

Qi fue arrestado en 2007 tras publicar en ‘Xinhuanet’, la web de la agencia oficial Xinhua, las fotos del lujoso edificio gubernamental de Tengzhou con el fin de exponer la corrupción de las autoridades.

Según el abogado Liu, Qi fue sentenciado por segunda vez porque dijo que “no dejaría de exponer casos de corrupción”.

El régimen chino lleva a cabo desde febrero una de sus más duras campañas de represión de la disidencia, según grupos de derechos humanos, con cientos de activistas, abogados e intelectuales acosados, interrogados o detenidos sin mediar orden de arresto.

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