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LA INFORMACIÓN: China maquilla su represión

LA INFORMACIÓN: China maquilla su represión

Mundo

Susana Campo Fidalgo

miércoles, 18/12/13

  • Cárceles negras, centros de rehabilitación forzosa del consumo de drogas, centros de lavado de cerebro e instituciones psiquiátricas son los nuevos campos de trabajos forzosos chinos.

Las cárceles negras son una de las nuevas formas de represión en China.
Las cárceles negras son una de las nuevas formas de represión en China.

Existe un dicho chino que explica a la perfección la nueva política del gobierno chino respecto a su sistema de campos de trabajo: "Cambiar la sopa pero no su medicina". El gobierno chino ha anunciado que estudiará la supresión de los campos de trabajos forzosos pero la ONG Amnistía Internacional asegura que se trata de un cambia cosmético.  Cárceles negras, centros de rehabilitación forzosa del consumo de drogas, centros de lavado de cerebro e instituciones psiquiátricos son los otros centros con los que China continuará persiguiendo a sus ciudadanos.

Los centros de lavado de cerebro, en ocasiones conocidos oficialmente como "clases de educación legal" y cuyo objetivo principal es forzar a seguidores de las secta Falun Gong a renunciar a sus creencias, a veces mediante la tortura y otros malos tratos.

Las llamadas cárceles negras son centros de detenciones no oficiales, instaladas a menudo en lugares al azar como hoteles o edificios abandonados, para encarcelar a los llamados peticionarios, personas víctimas de injusticias y abusos que recurren al Gobierno tras haber agotado la vía judicial. Este tipo de cárceles, según la ONG, no tienen base legal en la legislación china y las autoridades siguen negando su existencia, lo que deja a los detenidos en ellas potencialmente ante un riesgo mayor de violaciones de los Derechos Humanos que los que están bajo el sistema de reeducación mediante el trabajo. En estos dos últimos tipos de centros de detención la tortura está descontrolada. Las cárceles negras constituyen un sistema ilegal para detener a los peticionarios y de esta manera proteger a los funcionarios de Gobierno, según publica otra ONG, HRW.

Lo mismo ocurre en las instituciones psiquiátricas. En estos centros, los detenidos, principalmente, disidentes políticos y religiosos así como soplones sufren abusos continuados que incluyen, según organizaciones progubernamentales, estancias incomunicadas durante varios meses en los que son drogados.

Por último, están los centros de drogodependencia, lugares que en teoría se utilizan para rehabilitar a los drogodependientes pero que están siendo utilizados como si fueran campos de trabajo forzosos, denuncian desde la ONG.

 

Data noticia: 
Jueves, 19 Diciembre, 2013
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