Pekín trata de restaurar el orden en Mongolia Interior

Elmundo.es

Fuerzas especiales, antidisturbios y paramilitares, han ocupado varias localidades de Mongolia Interior, la región septentrional de China, tras la peor oleada de protestas antigubernamentales en tres décadas.

El movimiento ha ido tomando fuerza a lo largo de la última semana a raíz de la muerte de un pastor de etnia Mongol atropellado por dos camioneros del carbón del grupo étnico Han, el mayoritario en número, así como en influencia cultural y económica en China.

Junto a Tíbet y Xinjiang, la región de Mongolia Interior es otro de los focos de tensión étnica entre las etnias que originalmente ocupaban el territorio, en este caso, mongoles.

La emigración Han -que constituyen el 90% de los chinos- se intensificó a raíz de la fundación de la China comunista, en 1949, hasta constituir el 80% de su población de 24 millones, a día de hoy. La manifestación se considera, sin embargo, una respuesta a la traumática transformación de las estepas mongolas en un foco de explotación minera.

Según Amnistía Internacional (AI), Pekín ha impuesto la ley marcial en algunas de las localidades anticipándose a la llamada para volver a tomar las calles hoy lunes, cuando se cumple una semana de la primera de las concentraciones, que reunió a dos millares de estudiantes frente a la Univiersidad de Xilinhot (Gol Xilin, en mandarín).

Un funcionario local ha negado el extremo de la ley marcial a la cadena CNN y ha negado incluso que hubiese ninguna protesta. Mientras tanto, grupos de apoyo a los mongoles de China en el extranjero, han convocado también protestas para hoy frente a las embajadas de Pekín.

Los estudiantes en Xilinhot y alrededores -las cabezas de condados como Shlluun Huh (Zhenglan, en mandarín) y Ujumchin (Xiwuqi)- han sido confinados a las aulas, sin fin de semana de descanso para evitar que abandonen los campus universitarios. Los servicios de SMS han dejado de funcionar e Internet ha sido cortado parcialmente.

A primera hora del lunes las comunicaciones seguían activas en la capital de la región, Hohhot, donde se pidió a los ciudadanos que eviten los desplazamientos innecesarios.

La región no registraba protestas similares desde 1981, aunque como suele ser habitual en estos casos, no han sido reflejadas por la prensa china nacional. Hoy lunes, búsquedas como ‘ley marcial’, ‘Mongolia Interior’ o ‘Xilinhot’ habían sido censuradas en los principales buscadores en chino y en Sina Weibo, un servicio de microblogging similar a Twitter, pero en chino y autocensurado por uno de los mayores operadores web de China.

“Castigo severo y rápido”
Según los manifestantes, la muerte del pastor, ocurrida el pasado 10 de mayo, fue un asesinato a sangre fría por parte de los camioneros del carbón que querían cruzar las cañadas de la zona. En un intento de rebajar la tensión, el secretario del Partido Comunista de la región se reunió con representates de los estudiantes el pasado viernes y les prometió que las autoridades administrarían justicia con prontitud.

“Profesores y estudiantes, por favor estad seguros de que los sospechosos serán castigados de forma severa y rápida, de acuerdo con los procedimientos legales, para salvaguardar la dignidad de la ley y los derechos de las víctimas y sus familias”, señaló Hu Chunhua, según destacaba el estatal ‘Diario de Mongolia Interior’ en la única nota que hacía referencia a los disturbios en la prensa local.

En los foros de Internet, sin embargo, algunas voces como la de ‘mvnggvlqvd’ reclamaban al secretario del partido explicaciones por las detenciones de estudiantes el pasado 26 de mayo, enfrentamientos con la policía que según el Centro de Información sobre Derechos Humanos en Mongolia del Sur se han saldado con al menos 18 heridos.

Mientras varios usuarios pedían abiertamente la “pena de muerte” para los responsables del asesinato, ‘tungusda’ escribía en Mongolbbs.com, todavía accesible desde China el lunes, que resulta “inútil perseguir a los dos camioneros”. “Esto es demasiado superficial, y sólo alivia el enfado por un momento. Son personas normales que si tuviesen dinero no estarían conduciendo camiones de carbón. Si nadie que les hubiese obligado, ¿quién se atrevería a matar a alguien? Hay que ir a por los responsables últimos”, opinaba.

En Sina Weibo, ‘Qiu-Daniel’ daba fe de haberse topado con “muchos soldados de camino al trabajo”. “Hay patrullas frente al hospital”, escribía desde la capital de Mongolia Interior, Hohhot. “¿Por qué, como un ciudadano que cumple la ley, me siento más vigilado que protegido?” Otro usuario, estudiante, indicaba que su escuela permanecía rodeada de policías y que los estudiantes eran obligados a ver “películas rojas”.

¿Otro polvorín étnico?
Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han solicitado a las autoridades chinas que “ejerzan la contención y no lleven a cabo una represión violenta” de las protestas. Éstas, ha dicho la coordinadora de AI, Catherine Baber, “son un llamado de atención para las autoridades”. “Al igual que en otras zonas de minorías étnicas, las autoridades deben empezar a prestar atención al mensaje en lugar de atacar a los mensajeros”, dijo.

El descontento en Mongolia Interior dista del que provocó protestas motales en Tíbet, en 2008, o en Xinjiang, en 2009, y en el pasado ha habido escasos incidentes. A pesar de todo, Baber indicó que “en el corazón de estas protestas se encuentran llamamientos a los derechos humanos y al respeto de la cultura mongol que llevan repitiéndose desde hace mucho”. “Durante años”, añadió, “las autoridades chinas han detenido de manera regular a activistas y escritores que hacían públicas dichas peticiones, condenándoles a prisión”.

Enghebatu Togochog, director del Centro de Información de Derechos Humanos de Mongolia Interior, con sede en Nueva York, calificó la situación de “muy tensa y peligrosa”. “Las escuelas están cerradas. El ejército está preparado para reprimir cualquier signo de protesta”, señaló.

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